Cuando se menciona el tema del manejo de plagas agrícolas, la mayoría de las personas piensan primero en la vigilancia de las plagas o en la intervención para reducirlas: la observación, la identificación de las plagas, y/o la aplicación de plaguicidas son algunas prácticas específicas. Sin embargo, la prevención es a menudo una estrategia clave subestimada que los agricultores pueden utilizar para minimizar la probabilidad de problemas de plagas. Este artículo explorará el papel de la prevención en un plan de manejo de plagas.
Introducción
¿Qué es una plaga?
Una plaga agrícola es cualquier organismo o agente infeccioso que provoca estrés o daño a una planta o producto vegetal deseado. Por ejemplo, una maleza es una plaga si compite con un cultivo por los recursos, al provocar al cultivo un estrés que de lo contrario no tendría. Las bacterias infecciosas, los hongos y los virus provocan enfermedades y por lo tanto son plagas. Estas pequeñas plagas son transferidas de una planta a otra a través del agua, a través del aire, por insectos, o por animales más grandes (incluyendo humanos). Las plagas más familiares son los insectos, que varían en tamaño desde la pequeña mosca blanca hasta grandes enjambres de langostas. Las plagas más grandes como pájaros, ratones y conejos también pueden provocar daños en el campo.
Algunas plagas afectan a los productos agrícolas almacenados, como los granos de cereales y las legumbres (Sallam, 1999; Manandhar et al., 2018). Sin embargo, este artículo se centrará en el manejo preventivo de plagas en el campo. En el resto de este artículo, el término ‘plaga’ se referirá sólo a las plagas agrícolas que afectan los cultivos en el campo.
Breve historia de los plaguicidas o pesticidas
A lo largo de la historia y a través de las culturas, los agricultores han utilizado una variedad de recursos, estrategias y prácticas para manejar las presiones de los insectos en el campo. Durante miles de años se han utilizado compuestos derivados de la naturaleza (p. ej. azufre) como plaguicidas. Por el contrario, los plaguicidas sintéticos apenas se han producido y utilizado desde la década de 1940.
Tendencias en el Norte Global: La combinación de la Revolución Industrial y la Revolución Verde en el Norte Global permitió la rápida difusión y el uso generalizado de los plaguicidas sintéticos sin considerar la salud humana o ambiental. Las preocupaciones asociadas al uso de los plaguicidas surgieron en la década de 1960, lo que llevó al establecimiento de agencias de protección. En la actualidad los plaguicidas están en gran parte controlados por regulaciones gubernamentales que varían entre países, pero que en general apuntan a proteger a los trabajadores agrícolas, los manipuladores de plaguicidas y el medioambiente.
Tendencias en el Sur Global: En el Sur Global, el acceso, el uso y la regulación de los plaguicidas sintéticos han variado con el tiempo y entre regiones. La Figura 1 ilustra algunas tendencias recientes en el uso de plaguicidas por región. El uso de plaguicidas en Sur y Centroamérica ha aumentado en las últimas tres décadas, mientras que en otras regiones del trópico ha seguido siendo aproximadamente el mismo (FAOSTAT, 2019; Schreinemachers y Tipraqsa, 2012). Hasta un 25% de los países en el Sur Global carece de regulaciones sobre plaguicidas y (donde existen dichas regulaciones) su aplicación. Esto se debe a recursos insuficientes, falta de incentivos para su aplicación, estándares ambientales limitados, y la falta de cohesión entre los departamentos pertinentes (Phung et al., 2012; Schreinemachers y Tipraqsa, 2012; Kegode, 2019). A menudo los productores no están suficientemente educados sobre cómo mezclar y manipular apropiadamente los plaguicidas, eliminar los recipientes de plaguicidas y usar equipo de protección personal. En un esfuerzo por unificar las normas internacionales sobre manejo de plaguicidas y reducir algunos de los efectos negativos de los vacíos regulatorios, la FAO y la OMS publicaron conjuntamente el Código Internacional de Conducta para la Gestión de Plaguicidas.
Preocupaciones en el manejo de plagas
Los plaguicidas se han convertido en una parte vital de la producción sostenida de alimentos para llenar las necesidades de una población mundial en crecimiento. Sin embargo, el uso generalizado de plaguicidas plantea preocupaciones para la salud humana, el medioambiente, y la sostenibilidad de largo plazo. Como ejemplo, el proceso de las plagas adquiriendo resistencia a los plaguicidas reduce la efectividad a largo plazo de los mismos.
El cambio climático, la introducción de nuevas plagas, y otros varios factores han aumentado las presiones de las plagas en los trópicos, donde la seguridad alimentaria ya es una preocupación principal. Las plagas contribuyen en gran medida a la pérdida de cultivos, y los agricultores en las regiones con recursos limitados experimentan algunos de los efectos más significativos (Chakraborty y Newton, 2011). Por ejemplo, durante los últimos tres años en África Oriental, la sequía combinada con la infestación del cogollero del maíz resultó en pérdidas de dicho cultivo de hasta el 100% para algunos agricultores (FAO, 2017; Sisay et al., 2019).
La actual situación mundial requiere un enfoque multidimensional para el manejo de plagas. Para ser ampliamente aplicable, este enfoque debe proporcionar a los agricultores opciones para controlar las plagas en varias escalas de producción (desde fincas pequeñas hasta operaciones muy grandes) con una diversidad de recursos. El Manejo Integrado de Plagas (MIP), una estrategia basada en innovaciones de los agricultores, es altamente adaptable a contextos específicos y reduce la dependencia de los plaguicidas al reconocer al mismo tiempo su uso. El MIP ha cobrado impulso desde 1989; en particular, las Escuelas de Campo para Agricultores (ECA) han educado efectivamente a los productores sobre MIP (Peshin et al., 2009).
El MIP se enfoca en el sistema más amplio y apunta a la prevención a largo plazo de las plagas usando una combinación de técnicas y controles. El plan de MIP de un productor individual debería mejorar constantemente a medida que pasan los ciclos, como se muestra en la figura 2. El resto de este artículo tratará sobre los aspectos del conocimiento y la prevención del ciclo.
Conocimiento
Learning is useful at any time in a continually improving IPM strategy, but can be especially advantageous when beginning an IPM plan. Obtaining some of the important information may require community collaboration.
Identificar plagas importantes en la región
La presión estacional de los insectos puede cambiar de año a año, debido a la introducción de plagas nuevas del comercio mundial y/o de la propagación abiótica de plagas y enfermedades. Pero es importante registrar las plagas que los agricultores ven regularmente durante distintas temporadas de siembra; esto le ayudará a entender qué plagas son comunes, y cuándo tienden a llegar en cada temporada.
Aprender los ciclos de vida de las plagas importantes
Las duraciones y los ciclos de vida de las plagas varían mucho. Usted debería poder identificar plagas comunes en distintas etapas de la vida, como huevo, larva, ninfa, pupa o adulto (Figura 3). Si usted puede reconocer etapas en los ciclos de vida de las plagas, podrá intervenir mejor porque algunas intervenciones son efectivas sólo en ciertas etapas de la vida. Información con la duración y/o presencia de una etapa alada le permite estimar la tasa potencial de propagación y/o movilidad de la población de la plaga.
Identificar enemigos naturales de plagas importantes
Los enemigos naturales de las plagas quizás viven en el medioambiente y ya ayudan a controlar la población de la plaga en forma natural. Algunos enemigos naturales son bien conocidos (Figura 4), mientras otros pueden determinarse al observar con cuidado interacciones entre plagas y otras especies. Una vez que conoce a los enemigos naturales, puede registrar su abundancia relativa antes y durante la temporada de cultivo.
Determinar factores en el área de cultivo que afectan la presión de la plaga
Preste atención a los factores en el área de cultivo que afectan la presión de la plaga. Éstos podrían ser ambientales, como las tendencias observadas en el campo durante y después de la temporada de cultivo. También podrían incluir las dinámicas culturales, económicas, políticas y sociales. Aquí hay algunos ejemplos de preguntas sobre las cuales pensar y discutir a nivel de la comunidad:
- ¿Siembran todos al mismo tiempo? Algunas plagas sólo afectan cultivos durante ventanas específicas del desarrollo de la planta. Si todos los agricultores en una región siembran un cultivo al mismo tiempo, hipotéticamente todos experimentarán una presión de plaga similar. Sin embargo, si el cultivo de un agricultor es posterior al de de todos los demás, ese agricultor podría experimentar una presión de plaga significativamente mayor.
- ¿Es aceptable en términos sociales y culturales aplicar plaguicidas en la región? Si el gobierno restringe el uso de ciertos plaguicidas, los productores deberían seguir reglamentos y directrices establecidos por las autoridades locales. Si ciertas aplicaciones de plaguicidas son de alguna manera inaceptables socialmente, los agricultores deberían asegurarse de que la comunidad esté al tanto de su plan de MIP de modo que la comunidad misma pueda responder en la forma en que se sientan más cómoda. Por ejemplo, si un agricultor está aplicando plaguicidas a los cultivos a la par de una escuela, la comunidad podría expresar que esto debería hacerse durante un tiempo específico cuando los estudiantes no estén en la escuela. La comunidad podría también pedir al agricultor colocar una cerca viva entre su parcela y la escuela. ¿Ha expresado la comunidad objetivos para manejo de plagas?
- ¿Qué opciones de manejo son factibles, dados los recursos disponibles? Liste las técnicas de manejo de plagas que se utilicen en la actualidad y registre su eficacia (reconociendo que esto probablemente será subjetivo). ¿Qué cantidades de tiempo, recursos y esfuerzos se invierten actualmente en manejo de plagas? La falta de recursos podría limitar el número de técnicas de manejo de plagas sostenibles y factibles.
El conocimiento es una parte importante de una estrategia MIP. Empodera a los agricultores al aumentar la sensibilización sobre las características de la plaga y ayudar a cambiar sus esquemas mentales, de modo que se enfoquen de manera proactiva en la prevención de los problemas de plagas en lugar de esperar en forma reactiva a ver y tratar los problemas que puedan llegar.
Preveción
La prevención de plagas (a veces llamada evitación de plagas) es la minimización deliberada del potencial de que haya plagas presentes en el campo. Las medidas preventivas son la base del MIP, al minimizar los riesgos de daño a los cultivos. Entre todos los métodos de control de plagas (p. ej. biológicos, físicos, culturales y químicos), algunas técnicas son preventivas mientras que otras son supresoras (Figura 5). Las técnicas preventivas crean condiciones desfavorables para las plagas, por ejemplo al limitar el acceso de plagas a agua, fuentes de alimento, o refugio. Las técnicas supresoras matan o atrapan plagas, reduciendo las poblaciones existentes. Esta sección se enfoca sólo en métodos preventivos.
Principios de prevención y ejemplos
Seleccione cultivos o variedades que pueden resistir plagas mejor
Los cultivos difieren en sus defensas naturales contras las plagas, e igual lo hacen las variedades individuales de cultivos. Las plantas se defienden activamente a sí mismas contra las plagas de varias maneras.
Las plantas no preferidas tienen algunos rasgos (p.ej. color, olor, toxicidad, o textura) que las hacen indeseables para las plagas. Por ejemplo, varias especies de frijoles tienen tricomas (pelos de plantas específicas) que atrapan insectos o les impiden que se posen en las hojas o que pongan sus huevos en ellas. Como otro ejemplo, algunas plantas no tienen buen sabor o son tóxicas, lo que impide que las plagas se las coman (al menos la segunda vez).
Las plantas resistentes responden a los daños de plagas en formas que reducen la cantidad de daño que la plaga puede causar. Se han desarrollado muchos cultivares resistentes a través de selección de cultivos. El Instituto Internacional de Investigación del Arroz ha desarrollado con éxito varios cultivares resistentes. Programas de reproducción de sorgo han llevado a la resistencia de la planta hospedadora para el manejo del mosquito del sorgo, el chinche verde, las garrapatas, los áfidos y los barrenadores (Sharma, 1993). El Instituto Internacional de Agricultura Tropical ha desarrollado variedades de yuca que son resistentes a la enfermedad del mosaico de la yuca y a la enfermedad del rayado marrón (Hahn et al., 1980).
Las plantas tolerantes tienen más probabilidad de permanecer relativamente sanas y mantener el rendimiento después que las plagas las dañan. Pueden luchar contra las enfermedades y/o sanar después de que se ha hecho el daño. Los fitomejoradores a menudo seleccionan para el rasgo de tolerancia en los cultivos. Los tomates y el pepino tienen distintos niveles de tolerancia a infecciones virales del virus amarillo del tomate y del virus del mosaico del pepino, respectivamente (Pagán y García-Arenal, 2018).
Mantenga la resistencia de la planta a plagas/enfermedades
La salud del material de propagación contribuye al establecimiento de un cultivo exitoso. Asegúrese de que la semilla que recolecta y guarda esté plenamente desarrollada y madura. Seleccione semilla/material de sano, que esté libre de enfermedades, sea viable (vivo) y tenga alto vigor (sea fuerte). Algunas enfermedades se propagan a través de material de propagación infectado como los esquejes. A lo largo de la temporada de cultivo, vigile las plantas en cuanto a resistencia o tolerancia, señale las que muestran mayor resistencia, y guarde material de propagación de estas plantas específicas.
Cuando las plantas tienen acceso a los recursos que necesitan, a menudo pueden defenderse de las plagas y enfermedades. Cuando carecen de los recursos necesarios, se debilitan y no pueden recuperarse con tanta rapidez. Para minimizar estos riesgos, siembre a tiempo, al espaciamiento correcto y satisfaga las demandas de agua y nutrientes del cultivo. Esto podría requerir la aplicación dividida de insumos (p. ej. estiércol o compost) unas cuantas veces a lo largo de la época de cultivo, para darle a las plantas suficientes nutrientes en distintas etapas del desarrollo.
Practique saneamiento en la finca
Las plagas a veces permanecen y se multiplican en plantas no cultivos como las malezas que crecen entre los cultivos. Uno puede ayudar a controlar las poblaciones de plagas al reducir o perturbar el hábitat de la plaga alrededor del cultivo. Arranque las plantas espontáneas/malezas que crean hábitat para plagas, y las plantas o restos de plantas que estén enfermos. Un buen saneamiento en la finca también incluye limpiar el equipo después de trabajar alrededor de plantas infectadas. Si usa podadoras en cultivos infectados, asegúrese de esterilizar la herramienta (usando calor, alcohol isopropílico o vinagre) antes de utilizarlo en cultivos que no están infectados, para reducir la transferencia de la enfermedad.
Rote los cultivos (con el tiempo y/o espacialmente)
Los cultivos en la misma familia tienden a ser sensibles a plagas y enfermedades similares. La rotación de cultivos con el tiempo y en el espacio puede romper el ciclo de vida de una plaga al eliminar al cultivo hospedero que la plaga necesita para sobrevivir. Una opción es rotar un campo específico mediante cultivos que son sensibles a distintas plagas, con el tiempo (Figura 6A). Puede incluir cultivos que detienen o matan plagas en los calendarios de rotación de cultivos; por ejemplo, usted puede rotar cultivos susceptibles a nemátodos con algún número de cultivos inhibidores de nemátodos (véase en EDN 75 algunas posibilidades).
En áreas donde se siembra más de un cultivo a la vez, usted puede rotar bloques de cultivos espacialmente en el tiempo (Figura 6B). Cambiar las plantas cultivo hospederas de un lugar a otro ayudará a reducir las poblaciones de plagas en el tiempo.
Quizás desee sembrar los cultivos conociendo cuándo es probable que las poblaciones de plagas de insectos se conviertan en un problema. Si una plaga en particular se vuelve inactiva por un tiempo (debido al clima al frío o seco), y usted siembra antes de que aparezca la plaga, las plantas pueden obtener una ventaja inicial y fortalecerse antes de que las plagas abunden. Sin embargo, observe que si los agricultores en su región siembran en tiempos distintos, los cultivos de algunos de ellos podrían experimentar mayor presión de plaga porque han sembrado sin sincronía. Esté al tanto de cómo se toman decisiones como el momento de siembra en los niveles individual y comunitario.
Diseñe para desviar o minimizar las plagas (manejo del hábitat)
Podría afirmarse que las formas más sostenibles de prevenir problemas de plagas al largo plazo se vinculan al manejo del hábitat. Este enfoque incluye el diseño de sistemas en formas que ya sea alejan a las plagas de los cultivos agronómicos o aumentan las condiciones favorables para los enemigos naturales de las plagas. Casi todos los métodos y técnicas sobre manejo del hábitat aumentarán la diversidad vegetal de un sistema. Gurr et al. (2003) explican cómo la diversidad vegetal ayuda con el manejo de plagas a la vez manteniendo los insumos bajos. Los autores también describen cómo los beneficios de la diversidad en los sistemas agrícolas van más allá del manejo de plagas.
Conservar áreas autóctonas en torno a los cultivos puede ayudar a prevenir plagas de varias maneras. Las plantas autóctonas albergan insectos beneficiosos que se comen a las plagas o los superan en cuanto a la competencia por los recursos. Las cercas vivas alrededor de los cultivos también pueden bloquear de manera visual o física el ingreso de algunas plagas.
Algunas veces un productor siembra un cultivo trampa en el perímetro externo de la parcela. Un cultivo trampa es una planta hospedera preferida para una plaga que también afecta un cultivo primario; al sembrarlo alrededor del perímetro, la plaga es alejada del cultivo en el campo y más bien es dirigida a infestar el cultivo trampa. En algunos cultivos trampa, las plagas no pueden completar su ciclo de vida, de manera que los agricultores no necesitan manejar el cultivo trampa. En otras situaciones, para romper el ciclo de vida de un insecto plaga, los productores cosechan y luego destruyen los cultivos trampa, ya sea al dar como alimento el material vegetativo a animales o al quemarlo.
Los agricultores pueden intercalar cultivos en los campos con plantas acompañantes. Las plantas acompañantes benefician a los cultivos de distintas maneras. Algunas frenan a las plagas a las cuales los cultivos comerciales son susceptibles o sensibles. Un ejemplo es la caléndula, que puede reducir una serie de plagas en varios cultivos (para mayor información sobre la caléndula, sírvase ver EDN 132). Otras plantas acompañantes atraen a los predadores naturales de las plagas.
El enfoque “Empuja y Tira” para control de plagas incorpora al mismo tiempo cultivos trampa y plantas acompañantes. El Centro Internacional de Fisiología y Ecología de los Insectos y el Instituto de Investigación Agrícola de Kenia desarrollaron el sistema, descrito en EDN 116.
Conclusión
Los pequeños agricultores en los trópicos enfrentan obstáculos cada vez más abrumadores. El crecimiento poblacional, un clima mundial volátil y la necesidad de productividad de largo plazo hacen de la producción sostenible de alimentos un reto. El manejo integrado de plagas es una plataforma para dotar a los productores de diversas habilidades para la toma de decisiones. Cuando los productores se centran en el conocimiento y medidas preventivas, comienzan a sentirse en control de su producción, y su esquema mental sobre el manejo de plagas cambia de reactivo a preventivo.
Referencias
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Cita este artículo como:
Swartz, S. 2019. Prevención de plagas. ECHO Notas de Desarrollo n.o 145