Vigna vexillata  es de origen africano y en la actualidad es común en África, Asia, las Américas y el Pacífico Sur (Panzeri et al., 2022). Es una enredadera perenne que crece a lo largo del suelo o se entrelaza con otras plantas y las trepa (Figura 14). V. vexillata produce una legumbre y tubérculo comestibles. También se cultiva como forraje y capa vegetal para controlar la erosión del suelo. Entre los nombres comunes de V. vexillata se incluyen bejuco pato, frijol chico, chorreque y choncho.

Como pariente silvestre del caupí (Vigna unguiculata), se utilizan distintas colecciones de V. vexillata para tratar de mejorar la productividad y calidad, la calidad del forraje y la resistencia a plagas, enfermedades, malezas parasitarias como la striga (Striga gesnerioides) y a los factores ambientales del caupí (Fatokun et al., 2000). Varios investigadores y fitomejoradores han intentado sin éxito hibridar y retrocruzar rasgos de V. vexillata en su cultivo alimentario emparentado, pero la incompatibilidad entre ambos lo impide (Boukar et al., 2020).

Clima y suelo 

V. vexillata crece en una variedad de climas (tropicales húmedos y secos) bajo pleno sol a sombra parcial, hasta los 1500 m. Las condiciones óptimas incluyen temperatura entre 20° y 28°C y precipitación anual de 1300 a 2100 mm (FAO 2024). Los suelos preferidos son de textura ligera (franco arenoso) a media (franco limoso) con una profundidad de 50 a 150 cm y un pH del suelo de 5.5 a 6.5 (FAO 2024). Las variedades silvestres de V. vexillata que toleran una amplia gama de condiciones son de interés para los fitomejoradores, ya que amplían el rango en el que se puede sembrar el cultivo. Colecciones de V. vexillate autóctonas de tierras bajas anegadas hasta regímenes de baja precipitación (450 to 650 mm) muestran su adaptabilidad a una amplia gama de condiciones    (Mapfumo et al., 2005).

Cultivo

Aunque se cultiva con menos frecuencia que otros frijoles con mercados más establecidos y una investigación agronómica dedicada a ellos, V. vexillata es una opción que vale la pena probar en zonas donde otras leguminosas quizás no prosperen. Considere V. vexillata por sus tubérculos ricos en proteínas, por ejemplo, en lugares donde no hay suficiente lluvia para la batata y la yuca (Karuniawan et al., 2006). En un estudio de producción de tubérculos, Priyadarsini et al. (2024) encontraron que el contenido de proteína en los tubérculos y el contenido de minerales (fósforo, calcio, zinc, magnesio y hierro) de las vainas verdes era mayor con un espaciamiento de plantas de 60 x 30 cm que con un espaciamiento más estrecho de 45 cm entre filas y 15 o 30 cm en fila. Para un crecimiento vertical más alto, deles soporte a las enredaderas con estacas o una espaldera. El ciclo de cultivo de V. vexillata es de 180 a 270 días y su fotoperiodo diurno corto significa que las noches largas inducen la floración. Los rendimientos en finca en Indonesia oscilaban entre 18 y 30 t/ha para tubérculos y 0.7 a 1.2 t/ha para semillas (Karuniawan et al., 2006). 

Plagas

V. vexillata es susceptible a las plagas comunes que afectan al caupí, pero en menor medida. Estas plagas son los áfidos (Aphis craccivora), los trips del guisante (Megalurothrips sjostedi), los barrenadores de la vaina (Maruca vitrata [anteriormente  M. testularis]), y una variedad de insectos chupadores de la vaina  (i. e. , el chinche verde [Nezera viridula], el chupador de vaina africano [Clavigralla tomentosicollis], y Riptortus dentipes). El gorgojo del frijol (Callosobruchus maculatus) es una plaga del grano almacenado n (Nabirye et al., 2003).

El barrenador de la vaina (Maruca vitrata) es controlado por las avispas parasitoides bracónidas y  Srinivasan et al. (2021) brindan un  Plan de Manejo Integrado de Plagas (MIP) con una lista de parasitoides y predadores regionales de esta plaga. V. vexillata muestra un alto nivel de resistencia al virus del moteado suave del caupí  (Betaflexiviridae: Carlavirus spp.).

Cocina y nutrición 

Las hojas, las vainas tiernas (Figura 15), las semillas y los tubérculos de V. vexillata, son comestibles (NRC, 1979; Fern 2025). Las hojas y las vainas tiernas se cocinan como verdura. Las semillas se cosechan secas y se cocinan como legumbre (frijol seco). Uno puede pelar fácilmente la cáscara de los tubérculos, cuya carne cremosa se puede comer cruda, hervida o asada. La capa en crecimiento activo bajo la cáscara del tubérculo (cambium) y las hojas las utilizan pueblos indígenas en el Pacífico Sur para tratar trastornos de la piel y gastrointestinales (Mazerand y Cock, 2020). El contenido de proteína en las raíces de los tubérculos de V. vexillata es aproximadamente del 15%, cinco veces superior al de la batata (Dachapak et al., 2018). Se ha demostrado que los extractos de V. vexillata tienen actividad contra bacterias, virus e inflamación  (Leu et al., 2012; Mazerand and Cock, 2020).

Referencias