Martin Price, director ejecutivo de ECHO, afirma, “Yo consideraría a la chaya una de las cinco plantas alimenticias más importantes que ECHO distribuye. Le doy esta calificación debido a su habilidad para prosperar tanto en regiones áridas como lluviosas, su poca necesidad de atención o de fertilización adicional, su falta de plagas de insectos o enfermedades y su excepcional valor nutritivo.”
Hace algunos años, mientras trabajaba como parte del equipo técnico de ECHO, Kristin Davis escribió sobre una experiencia con la planta de chaya en Kenya (ver más adelante). Kristin está ahora en un programa de PhD en la Universidad de Florida en Gainesville.
Además del informe de Kristin, queremos compartir lo que algunos miembros de nuestra red nos dijeron sobre la chaya después de que pedimos información al respecto en el Número 72 (Julio 2001) de ECHO Notas de desarrollo.
Durante años nos hemos referido a la chaya por el nombre científico Cnidoscolus chayamansa. Sin embargo, recientemente nos enteramos a través del Sr. Jeffrey Ross-Ibarra en la Universidad de California-Riverside que el nombre científico de la chaya ha sido cambiado a Cnidoscolus aconitifolius ssp. aconitifolius. Esta última
subespecie contiene muchas variedades silvestres y cuatro variedades cultivadas de chaya, incluyendo el cultivar ‘chayamansa’. Existen diferencias significativas en los niveles de glucósidos cianogénicos entre las variedades cultivadas. La chaya está muy cercanamente relacionada con las especies Manihot (e.g. yuca) y Jatropha.
Cita este artículo como:
Berkelaar, D. 2003. Chaya. ECHO Notas de Desarrollo n.o 78